Antes de entrar en nuestra zona ajardinada, descálzate. Haz que tus pies sientan el frescor del césped y el alivio de muchos kilómetros andados.
Y no te preocupes por dejar solas tus botas. Julio Cesar se encarga de hacerlas compañía
Tómate algo para refrescarte, picotea, reúnete con otros peregrinos, prepara tu bicicleta y ponla al día, seca tu ropa al sol… ¡disfruta de nuestro jardín!
Olvídate de cuantos kilómetros te faltan hasta Santiago. Deja tu mente en blanco y disfruta de tu momento.
Y no te preocupes si comienza a oscurecer. el anochecer en nuestra zona exterior es mágico.